
Creo que caminé bajo un sol infernal, me quemaba de una forma molesta la piel...
me irritaba la vida, me irritaba la paz.
¿sabes para qué?, para olvidar.
Olvidar miseria, y así volverla a extrañar.
Las horas y sus hijos, los minutos...
jugaron con mi cabeza de una manera cruel,
más tarde, la escopeta imaginaria...
ya se encontraba frente a mi sien.
Después, si mal no recuerdo,
te dije adiós...
un adiós impulsivo y poco pasajero,
un adiós maldito por mis propios recuerdos.
Luego de meses, estaciones y años,
encontré una luz muy débil... se fue haciendo cada vez más fuerte,
mientras avanzaba hacia el insoportable sol con sus rayos violentos... cegadores,
sin compasión...
no era un sol suplicante, no era un sol cariñoso... no era un sol maternal,
era un sol bruto y lleno de venganza, ¿Sabes?, era un sol con ganas de matar.
En algún momento de mi pasado más reciente, tropecé contigo,
cuando estaba demente,
cuando era una flor que crecía,
y así no supe quererte, así no pude tenerte.



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