
¡Oh!, ¡Gran Caravana!...
tu música provoca que mis pies te sigan.
¡Oh!, ¡Gran Caravana!...
las almas que van junto a ti, contagian de alegría.
Correría mil veces más de lo que estoy corriendo...
por conseguir que mi vida transcurra para siempre cerca tuyo.
El olvido no es necesario, cuando te haces parte de la caravana...
te ríes de lo tortuoso, te quedas con lo irónico de lo odioso,
las ganas de cantar junto a los bufones,
lo maravilloso que es bailar junto a los varones.
La danza de los payasos tristes, aportando gracia y nostalgia...
el sonido de los violines, como llorando añoranzas.
Sueño, sueño... caravana, bajo un cielo infinito y de un azul oscuro único,
con sus estrellas sabias como ningún otro ser en la tierra,
entre el viento que corre se escuchan voces de seda, que susurran la historia
sobre miles de tormentas.
No le puedo pedir a la gran caravana, que permanezca a un solo lugar,
mi egoísmo no la detendrá cerca de mi por muchos años más,
más que en mi mente, y en mi realidad onírica, estará más viva que el presente...
Oh, gran caravana, que alegras nuestra mente.



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